PROYECTAN AUMENTO EN LA DEMANDA DE MINIBODEGAS POR AVANCE DE E-COMMERCE

El mercado de las minibodegas en la Región Metropolitana ha logrado sortear el impacto del estallido social de octubre y ahora el del coronavirus. El primero generó un aumento en la demanda ante la necesidad de resguardar bienes ante el temor de robos y saqueos, mientras que la pandemia está provocando un cambio en los usuarios. 

En ese contexto, se están manteniendo casi sin variaciones las ocupaciones y los precios, según un informe de la firma de asesoría inmobiliaria GPS Global Property Solutions. En su análisis, el documento proyecta un escenario con aumento de la demanda por minibodegas debido al avance del comercio electrónico y a reacomodos de empresas en sus oficinas, derivados del efecto del covid-19.

“Al estudiar caso a caso, interpretando cómo se comportaría cada uno de estos segmentos a raíz de la contingencia, se esperaría una disminución de la demanda en la categoría de ‘personas’ por una postergación de viajes y mudanzas. Como contraparte, las empresas que demandan estos servicios podrían aumentar debido al incremento que ha experimentado el e-commerce”, sostiene el informe.

Agrega que “otra necesidad que podría aumentar surge de la idea de que algunas empresas decidieran reducir el tamaño de sus oficinas, cambiándose a espacios más pequeños, almacenando el exceso de bienes muebles en minibodegas hasta que se normalice la situación actual y se reduzca la incertidumbre”.

Arie Rezepka, fundador y gerente general de Aki KB Minibodegas —uno de los mayores operadores del sector—, comenta que estos cambios se podrán medir en algunos meses. Pero admite que cuentan con clientes, que hoy se han incrementado, “dedicados exclusivamente al e-commerce y empresas de envío que usan nuestras instalaciones como hub para ser más eficientes en envíos de la última milla”, debido a las ubicaciones de las bodegas.

Respecto de las mudanzas y viajes, señala que “efectivamente se han visto muchas postergaciones, lo que ha generado una baja en la demanda, a pesar de existir un salvoconducto para épocas de cuarentena”.

Rezepka afirma que con la llegada del covid-19, la actividad disminuyó, pues algunos operadores no pudieron trabajar por las cuarentenas, aunque señala que en el caso de su empresa sí están funcionando.

Explica que están ocurriendo dos fenómenos en medio de la pandemia. Por una parte, algunas pymes han reducido sus bodegas y otras han “bajado la cortina”, dice. Esa situación, añade, se está compensando con la demanda de empresas más grandes que han achicado sus operaciones y optaron por minibodegas. “También nos ha pasado que varias oficinas, negocios y restaurantes están cerrando sus puertas y requieren espacio”.

Aki KB mantiene sus proyectos de expansión. En los próximos días inaugurarán una sucursal en La Reina y otra en Huechuraba. En los siguientes 12 meses iniciará la construcción de cincos nuevos centros en la capital, que se suman a otro en obras en Ñuñoa. Así, completará una inversión de U$ 54 millones. El mercado Según el informe de GPS, a mayo de este año, la vacancia —o espacios desocupados— en este mercado cayó levemente a 24,1%, desde el 25,6% de noviembre pasado, mientras que el precio ponderado cedió a 0,40 UF por m{+2}, desde las 0,41 UF de hace seis meses.

El stock total de minibodegas en la capital bordea los 204 mil m{+2}, concentrándose el 53% en la zona centro. Se trata de 74 recintos en total.

El 62,6% del mercado está controlado por cuatro operadores: MiBodega, Aki KB, BLT y Guarda Todo.

Fuente: GPSProperty.com