Revista Digital – Información de Mercados – Compra Pública Latam
Por José Fernández. CEO de Rayen Salud
La semana pasada, se conmemoró el Día Mundial de la Protección de Datos, una jornada que nos invita a reflexionar sobre la importancia de salvaguardar la información sensible, especialmente en sectores críticos como la salud. En este ámbito, los datos personales no solo incluyen información básica de identificación, sino también detalles altamente sensibles sobre el estado de salud, antecedentes médicos y tratamientos de los pacientes.
La seguridad de la información en salud es un pilar fundamental para garantizar la confianza entre pacientes, profesionales y sistemas de salud. El creciente uso de tecnologías digitales, como historias clínicas electrónicas, sistemas de telemedicina y análisis basados en inteligencia artificial, expone estos datos a riesgos significativos, como ciberataques, accesos no autorizados y violaciones de privacidad. Por ello, es indispensable implementar políticas y medidas robustas de seguridad, tales como encriptación de datos, acceso restringido, auditorías periódicas y capacitación continua del personal en buenas prácticas de manejo de información.
La importancia de las normativas de protección de datos en el ámbito de la salud digital en Chile es fundamental, dado que la gestión segura y ética de la información de salud es crucial para proteger la privacidad y los derechos de los pacientes.
Con la reciente promulgación de la Ley de Protección de Datos Personales, nuestro país busca asegurar que los datos sensibles relacionados con la salud se manejen con el mayor nivel de seguridad y confidencialidad posible. Esto es especialmente relevante en el contexto de la salud digital, donde los datos se utilizan para una variedad de propósitos críticos, desde diagnósticos médicos hasta investigación y políticas de salud pública.
Así, esta normativa fomenta la confianza del paciente; mejora la calidad de los servicios de salud; favorece la innovación y desarrollo, las prácticas rigurosas de manejo de datos, entre otros beneficios. En última instancia, la protección de los datos en salud no es solo un requisito ético y legal, sino también una herramienta clave para fortalecer los sistemas de salud digitales. Esto permite promover un entorno de cuidado más seguro y eficiente para la población, impactando distintas problemáticas de nuestro país en dicha materia, como la vulneración de las listas de espera.