REVISTA DIGITAL: 6 cosas positivas de las semanas de la moda en pandemia

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NOTICIA DIARIA – REVISTA DIGITAL

La falta de público ha obligado a firmas y diseñadores a replantearse un sistema, el de los desfiles de moda, que permanecía inalterado desde hace décadas. Un esfuerzo imaginativo común que prueba la voluntad de superación y de mirar al futuro desde el optimismo de la industria del lujo 

Negación. Ira. Negociación. Depresión. Aceptación. Desde que la OMS declaró la pandemia mundial (la cual pilló a firmas y diseñadores en medio de las semanas de la moda de las colecciones de otoño-invierno 2020/2021, en Milán y París), la industria de la moda, al igual que todos nosotros, ha ido superando, con peor o mejor fortuna, las etapas que, en 1969, la doctora Elisabeth Kübler-Ross determinó que pasa todo ser humano ante un acontecimiento traumático. Seguramente, las presentaciones y desfiles del pasado mes de septiembre, los que se corresponden con las colecciones de primavera-verano 2021, se fraguaron durante los periodos de negociación o depresión porque, en la mayoría de los casos y con contadas excepciones, el resultado no estuvo a la altura de lo esperado. Pero de todo se aprende, y la semana de la moda a la que acabamos de asistir desde la comodidad de nuestros hogares ha sido mucho más que impecable. Ha sido fabulosa.

Es evidente que firmas y diseñadores ya han aprendido a desenvolverse con las nuevas herramientas de comunicación, solventando con imaginación el mayor problema de todos: la falta de público en sus desfiles. Desde que los costureros y creadores decidieran a mediados del siglo XIX mostrar los diseños a sus clientes en sus talleres, cambiando el sistema para siempre (antes eran ellos los que acudían a las casas de las susodichas), los desfiles suponen el acontecimiento más importante y trascendental para una firma de moda. La ocasión perfecta para presentar en sociedad, a sus compradores y a todos los actores implicados en la comunicación, prensa e influencers, sus nuevas propuestas. De poder adornarlas con grandes despliegues. De poder imprimir emoción extra a unas prendas de ropa que desde el año pasado se quedaron huérfanas.

Esa necesidad de superación, de buscar soluciones al actual escenario, que no permite multitudes o grandes reuniones, ha alumbrado ideas remarcables y situaciones nunca vistas hasta este momento, como las ‘ruedas de prensa’ post desfile de Miuccia Prada, o los ‘desfiles en una caja’ de Jonathan Anderson. Y, sobre todo, la aceleración de conversaciones ya iniciadas en el pasado (sobreproducción, calendario de desfiles, etc) a las que los nuevos tiempos intentan dar solución. “Espero que todo el mundo recuerde que hace tan solo un año decíamos que era imposible hacer las cosas que ahora mismo se están haciendo”, afirmaba Jonathan Anderson la pasada semana en Business of Fashion. Porque, ante las malas noticias, la industria de la moda se ha propuesto sacar algo positivo de esta coyuntura. A continuación, 6 cosas buenas que, entre tanta adversidad (el sector del lujo vio mermados sus ingresos en un 23% en 2020), nos han traído estos desfiles de otoño-invierno 2021/2022.

Colección de Altuzarra de o/i 21-22

© Cortesía de Altuzarra

Altuzarra desfiles temporada otoño/invierno 21-22

COLECCIONES MÁS CORTAS

Los diseñadores han tenido que hacer un verdadero esfuerzo para sintetizar sus ideas. Lejos quedan las colecciones interminables de más de 80 looks, muchos de ellos meras repeticiones de los anteriores, en las que lo importante era el espectáculo. Tanto es así que, en la mayoría de las ocasiones, muchos de aquellos diseños ni siquiera se producían, y mucho menos llegaban a las tiendas. El problema de la sobreproducción no reside, o no solo, en los desfiles, pero estos sí son el punto de partida de la temporada para cada firma. Por lo que lo más probable es que este ejercicio de condensación se vea reflejado en el resto de categorías. “A veces me encontraba diseñando otro look más por el simple hecho de que la colección debía ser más extensa. De que el desfile debía ser más largo. No porque tuviera sentido o pensase que era imprescindible para entender el mensaje. Es un alivio concentrarse en hacer prendas que realmente te gusten”, comenta Joseph Altuzarra al otro lado de una pantalla de Zoom. La propuesta para el próximo invierno del creador francés se compone de 40 looks.Look de la colección de o/i 21-22 de Loewe

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© Cortesía de Loewe

Loewe Jonathan Anderson desfiles otoño/invierno 21-22

EL ‘SHOW IN A BOX’ DE JONATHAN ANDERSON

“Estoy aterrorizado por volver a los desfiles porque siento que he encontrado el ritmo. No hay nada mejor que romper algo, porque luego estás obligado a volver a construirlo”. El diseñador norirlandés intuyó desde el principio que la situación, además de complicada, iba a prolongarse en el tiempo. Sus ‘desfiles en una caja’, tanto para Loewe como para su firma homónima, constituyen sin duda uno de los ejercicios más brillantes de esta pandemia. Recibir uno de estos cofres en tu casa, el día que se suponía que deberían haber sucedido sus dos desfiles, restaura algo de la magia perdida. El último para Loewe, una caja metálica con un periódico en el que se anunciaba la noticia de que ‘El show de Loewe ha sido cancelado’, ha logrado tanta repercusión, o incluso más, que la alcanzada por sus desfiles clásicos. Que otras firmas hayan reproducido la idea del diseñador británico esta temporada, con más o menos acierto, supone un buen termómetro del éxito del proyecto, incluso si el impacto en las ventas permanece en secreto, ya que el grupo LVMH nunca desglosa por marca sus resultados económicos. Final del desfile de Chanel otoño/invierno 21-22

© Cortesía de Chanel

Chanel desfiles colecciones otoño/invierno 21-22

ESCENARIOS INAUDITOS

Lo que hasta este momento solo estaba ‘permitido’ para las colecciones crucero, escenarios extraordinarios a lo ancho y largo del planeta, se ha convertido en algo habitual en las colecciones de prêt-à-porter. Sin la necesidad de juntar a una audiencia dentro de los límites de París, Londres o Milán, las firmas han dejado volar su imaginación (y en muchas ocasiones sus euros) para situar sus desfiles en lugares mágicos en los que, en el antiguo régimen anterior a la pandemia, hubiera sido inviable viajar. “Recuerdo cuando era joven y hacía calor, y salíamos a esquiar con nuestros biquinis”, comentaba Miuccia Prada tras su desfile de Miu Miu. La creadora italiana ha ganado sin duda el mes de la semana de la moda con su desfile en Cortina d’Ampezzo, en los Alpes Dolomitas: “La naturaleza te sana. Amo las aventuras en la montaña”. Es imposible pensar en un marco mejor para su propuesta colorista y festiva, que combina magistralmente los cristales y los tejidos acolchados. Tampoco estuvo mal la playa de Lido, en Venecia, donde Rick Owens presentó su colección. Una localización ciertamente conveniente para el creador norteamericano si pensamos que su casa, donde ha pasado todo el confinamiento, está justo en frente. Ni el club Castel, donde Virginie Viard mostró su propuesta para Chanel (el Grand Palais, lugar habitual para la firma francesa está cerrado por obras hasta 2024): “Quería desfilar en un lugar pequeño, un club. No me gustan los escenarios mastodónticos. Prefiero los lugares más íntimos. Karl siempre me hablaba de los desfiles que él organizaba en los años setenta con las chicas cambiándose en en restaurantes de París”.Colección de o/i 21-22 de Prada

© Monica Feudi/Gorunway.com

Prada colecciones otoño/invierno 21-22 desfiles

LAS ‘RUEDAS DE PRENSA’ DE MIUCCIA PRADA

Escurridiza como pocos, la diseñadora italiana ha aprovechado la coyuntura actual para mostrarse a un público que en contadas ocasiones tenía la posibilidad de escuchar su voz. La primera colección co-diseñada junto a Raf Simmons, la que corresponde a la temporada otoño-invierno 2020/2021, fue la excusa perfecta para iniciar una serie de ‘ruedas de prensa’ post desfile que culminaron el pasado 25 de febrero con una conversación grupal (a través de las pantallas, claro) entre ambos creadores y figuras como el diseñador Marc Jacobs, fan declarado de la italiana desde hace décadas, o la actriz Hunter Schafer. Así hemos podido ver cómo Miuccia Prada se ríe, que lo hace. Cómo reflexiona sobre los desfiles, “un paseo comparado con la situación actual”. Cómo se ruboriza cuando Marc Jacobs le dice que el Prada-ness es ella. Una delicia para todos los fanáticos de la moda en general, y de Prada en particular.Colección de otoño/invierno 21-22 de Meryll Rogge

© Sloan Laurits/Gorunway.com

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OPORTUNIDAD DE ORO PARA LOS JÓVENES DISEÑADORES

El estricto calendario de desfiles, con agendas apretadísimas en cada jornada de las semanas de la moda, sobre todo en Milán y París, había condenado a los jóvenes talentos de la industria al ostracismo. Imposible conseguir un espacio entre las grandes firmas de la industria para que prensa y compradores pudieran asistir a tu presentación. Pero todo esto ha cambiado, no sabemos si por mucho tiempo, pero sí el suficiente para que algunas jóvenes promesas se hayan colado entre las presentaciones de Dior, Chanel o Louis Vuitton. Nombres como el de Meryll Rogge (antigua ayudante de Dries Van Noten), Thebe Magugu o Priya Ahluwalia. Lo único que han necesitado es comunicar su propuesta estética a través de formatos variopintos (lookbook, vídeos, etc.) el día y a la hora que cada uno haya considerado. Ya formen o no parte del calendario oficial. Ya hayan desfilado antes o no en Londres, París o Milán. Esta vez nadie les ha cerrado la puerta en las narices con un no, aquí no cabes.Colección de o/i 21-22 de Coach

© Juergen Teller

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MENOS ESTRÉS PARA LOS DISEÑADORES

Y, por supuesto, para todo el mundo implicado en estos grandes eventos. “Nunca podré manejar la ansiedad que me provocan las semanas de la moda. Eso está acabado para mi. En mi caso ya no funciona”, explicaba Jonathan Anderson. El nivel de estrés del momento, al que se suma la duda de la aceptación por parte del público, es altamente complicado de gestionar para los espíritus sensibles. “Me siento muy agusto en la situación actual. No echo de menos los desfiles. Sé que muchos compañeros y mucha gente lo hace, pero no es mi caso”, afirma Joseph Altuzarra. Grabar el desfile con antelación, o el vídeo, o fotografiar el lookbook (muchas veces de la mano de grandes fotógrafos, como Juergen Teller, en el caso de JW Anderson o Coach) no solo reduce el nivel de nerviosismo, sino que además permite un nivel de perfección mucho mayor. Aunque admitamos aquí que en la magia del directo reside, en cierta forma, la magia de la moda.

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